El Anajata, también conocido como chakra del corazón o chakra del pecho, se halla situado a la altura del plexo cardiaco, detrás del esternón. Esa es la zona en la cual, según explica la sabiduría oriental, hasta los doce o trece años se producen los anticuerpos que se irradian por nuestro sistema, ayudándonos en el combate contra los ataques externos a nuestro cuerpo y a nuestra mente y protegiéndonos de influencias nocivas por el resto de nuestras vidas.
Cuando el chakra del pecho no funciona correctamente o se halla bloqueado, es causa de padecimientos anímicos.
Entre ellos, el más importante es la sensación generalizada de inseguridad.
El corazón es el punto central de la creación y, por ello, los demás chakras dependen en alguna medida del Anajata.
Desde allí se irradia la energía hacia el resto del cuerpo.
El corazón es también la sede del espíritu.
Por eso, el chakra Anajata es la base de una personalidad plena, llena de dinamismo, de empatía y de amor hacia los otros.
Este centro energético controla la respiración y el funcionamiento de los pulmones y del corazón.
Es el Anajata el que nos permite gozar de nuestro entorno familiar, abandonarnos al amor filial y aceptar el cariño de quienes nos rodean sin detenernos en las diferencias.
Cuando este chakra se halla armonizado somos, además, capaces de brindar un amor sin límites, desinteresado, vivificante para nosotros y para nuestros seres queridos.
Es frecuente que el Anajata se bloquee en situaciones conflictivas a nivel familiar, ante la pérdida de un ser querido o frente a una separación.
Cuando esto ocurre, las consecuencias suelen afectar a largo plazo a los órganos más directamente interesados: los pulmones y el corazón, causando diversas afecciones, que pueden ir del asma y la pulmonía hasta severas afecciones cardiacas.
El Anajata está representado por una figura geométrica constituida por dos triángulos superpuestos, inscriptos en un círculo y rodeados por una flor de loto de doce pétalos.
Su color representativo es el verde. Este chakra posee dos polos y se halla orientado de manera horizontal.
Su elemento es el Aire, en tanto que constituyente primordial.
Cuando el chakra del pecho no funciona correctamente o se halla bloqueado, es causa de padecimientos anímicos.
Entre ellos, el más importante es la sensación generalizada de inseguridad.
El corazón es el punto central de la creación y, por ello, los demás chakras dependen en alguna medida del Anajata.
Desde allí se irradia la energía hacia el resto del cuerpo.
El corazón es también la sede del espíritu.
Por eso, el chakra Anajata es la base de una personalidad plena, llena de dinamismo, de empatía y de amor hacia los otros.
Este centro energético controla la respiración y el funcionamiento de los pulmones y del corazón.
Es el Anajata el que nos permite gozar de nuestro entorno familiar, abandonarnos al amor filial y aceptar el cariño de quienes nos rodean sin detenernos en las diferencias.
Cuando este chakra se halla armonizado somos, además, capaces de brindar un amor sin límites, desinteresado, vivificante para nosotros y para nuestros seres queridos.
Es frecuente que el Anajata se bloquee en situaciones conflictivas a nivel familiar, ante la pérdida de un ser querido o frente a una separación.
Cuando esto ocurre, las consecuencias suelen afectar a largo plazo a los órganos más directamente interesados: los pulmones y el corazón, causando diversas afecciones, que pueden ir del asma y la pulmonía hasta severas afecciones cardiacas.
El Anajata está representado por una figura geométrica constituida por dos triángulos superpuestos, inscriptos en un círculo y rodeados por una flor de loto de doce pétalos.
Su color representativo es el verde. Este chakra posee dos polos y se halla orientado de manera horizontal.
Su elemento es el Aire, en tanto que constituyente primordial.