Siempre en orden ascendente, el segundo de los siete chakras fundamentales es conocido como Suadhisthana. A este chakra se lo llama también chakra sexual o sacro. Está representado por una flor de loto de seis pétalos, con tres círculos internos de tamaños decrecientes desde el exterior hacia el interior.
El chakra sexual gira en torno al Nabhi y tiene la peculiaridad de ser el único de los siete chakras que es móvil.
Se halla situado a la altura del vientre, un poco por debajo del ombligo, en la base del canal derecho que recibe el nombre de Pingala Nadi.
El chakra sacro es el responsable del control del entero aparato reproductor: las gónadas, los ovarios, el útero, le vejiga y, en el caso del hombre, la próstata; todos ellos se encuentran bajo el influjo del chakra sexual.
Cuando se halla armonizado, los hombres y las mujeres poseen la mayor capacidad posible de brindar y disfrutar del placer sexual.
Por eso mismo, el Suadhisthana es un centro energético de especial intensidad.
Es especialmente importante para el hombre ya que, durante el orgasmo, emite, junto con el esperma, una gran cantidad de energía.
De allí que los chinos denominen al orgasmo masculino como “pequeña muerte” dada la magnitud de la energía que el hombre libera y de la que se halla momentáneamente privado.
El chakra sacro tiene como símbolo geométrico una medialuna rodeada por un círculo. Este es el símbolo del Agua, como elemento primordial.
La divinidad asociada a este chakra es Varuna.
A nivel orgánico, el Suadhisthana está directamente asociado a las glándulas endócrinas, en especial las glándulas sexuales, las gónadas y los ovarios.
El color representativo del chakra sexual es el naranja. A diferencia del chakra basilar, este chakra posee dos polos y su orientación no es vertical sino horizontal.
Este chakra está especialmente relacionado al placer físico, a la energía vital, al deseo y a la capacidad de disfrute físico.
Al igual que el chakra de raíz, el Suadhisthana está relacionado al mundo material.
Las alteraciones en su desempeño pueden provocar disfunciones sexuales, falta de estabilidad emocional y los conflictos interpersonales relacionados.
El chakra sexual gira en torno al Nabhi y tiene la peculiaridad de ser el único de los siete chakras que es móvil.
Se halla situado a la altura del vientre, un poco por debajo del ombligo, en la base del canal derecho que recibe el nombre de Pingala Nadi.
El chakra sacro es el responsable del control del entero aparato reproductor: las gónadas, los ovarios, el útero, le vejiga y, en el caso del hombre, la próstata; todos ellos se encuentran bajo el influjo del chakra sexual.
Cuando se halla armonizado, los hombres y las mujeres poseen la mayor capacidad posible de brindar y disfrutar del placer sexual.
Por eso mismo, el Suadhisthana es un centro energético de especial intensidad.
Es especialmente importante para el hombre ya que, durante el orgasmo, emite, junto con el esperma, una gran cantidad de energía.
De allí que los chinos denominen al orgasmo masculino como “pequeña muerte” dada la magnitud de la energía que el hombre libera y de la que se halla momentáneamente privado.
El chakra sacro tiene como símbolo geométrico una medialuna rodeada por un círculo. Este es el símbolo del Agua, como elemento primordial.
La divinidad asociada a este chakra es Varuna.
A nivel orgánico, el Suadhisthana está directamente asociado a las glándulas endócrinas, en especial las glándulas sexuales, las gónadas y los ovarios.
El color representativo del chakra sexual es el naranja. A diferencia del chakra basilar, este chakra posee dos polos y su orientación no es vertical sino horizontal.
Este chakra está especialmente relacionado al placer físico, a la energía vital, al deseo y a la capacidad de disfrute físico.
Al igual que el chakra de raíz, el Suadhisthana está relacionado al mundo material.
Las alteraciones en su desempeño pueden provocar disfunciones sexuales, falta de estabilidad emocional y los conflictos interpersonales relacionados.